miércoles

Ay, estos ingenieros....


a) Un Ingeniero a cargo de una importante gerencia en una firma de envergadura, a raíz del stress de su trabajo sufre una crisis y le recomiendan unos días de descanso en el campo. El médico lo envía a la granja de un conocido. Después de pasar 2 días sin hacer nada, el Ingeniero estaba ya harto de la vida bucólica y pastoril y se aburría soberanamente. Decidió hablar con el granjero que lo hospedaba y solicitarle alguna tarea sencilla para pasar el rato y ocupar el tiempo, a la vez que hacía algo de ejercicio. Al día siguiente se levantaron temprano, antes de que saliera el sol. El granjero, conocedor de la idiosincrasia de los ingenieros y temiendo algún estropicio irreparable, resolvió asignarle tareas simples en las que no pudiera causar daño alguno (incluyéndole a él mismo).
- La tarea es muy sencilla. -dijo el granjero dándole una pala- Sólo tiene que recoger el estiércol que hay en el chiquero de los cerdos y repartirlo por el sembrado para abonarlo. Cuando termine venga a verme -agregó-.
El granjero era propietario de más de doscientos cerdos, y el estiércol se acumulaba hasta la altura de la rodilla. Así que el hombre estimó que la faena le llevaría al Ingeniero 2 o 3 días. Al cabo de tres horas apareció el Ingeniero, lleno de estiércol hasta las orejas, sonriente y con cara de satisfecho.
- Ya he terminado -dijo-.
Viendo que en efecto la tarea estaba terminada, y además con eficiencia, el granjero decidió asignarle otra.
- Bien... Hay que sacrificar unos pollos ya que mañana vienen a recogerlos de la carnicería. Basta con cortarles la cabeza -dijo dándole un enorme cuchillo-. Es un poco más complicado, pero seguro que puede hacerlo.
Había más de 1500 pollos para sacrificar, y supuso que el Ingeniero no terminaría hasta bien entrada la noche. Incluso pensó en ayudarle.
Apenas habían pasado un par de horas cuando el Ingeniero se presentó ante él, con toda la ropa y la cara manchadas de sangre, el cuchillo mellado, y sonriente como un niño el día de los Reyes Magos.
- Ya he terminado.
El granjero no salía de su asombro. Increíble!!, él mismo, acostumbrado a la dura vida rural, no lo hubiera hecho mejor: 1500 pollos perfectamente degollados !!! El granjero se rascó la cabeza pensativo. Llevo al Ingeniero junto a un gran montón de papas y le dijo:
- Muy bien. Ahora hay que separar las papas. Las grandes a la derecha y las pequeñas a la izquierda.
Pensó el granjero que en menos de una hora vería otra vez al Ingeniero pidiéndole más trabajo. Pero no fue así. Paso la hora de comer, se hizo de noche, la hora de cenar, y el Ingeniero no aparecía. Creyendo que algo le había sucedido, fue donde había dejado al Ingeniero y se lo encontró sentado delante del mismo montón de papas, sin que hubiera separado ninguna.
- ¿Le pasa algo? Pregunto extrañado.
El Ingeniero se volvió con una papa en la mano y le contestó:
- Mire: repartir mierda y cortar cabezas es algo a lo que YO estoy MUY acostumbrado... Pero esto de tomar decisiones..., no, no sé!

b) Por último, puede resultar interesante pegarse una vueltita por http://www.tendencias21.net/

1 comentarios, puteadas, declaraciones:

At 10:18 a. m., Anonymous Anónimo said...

Lograron hacerme reir con este chiste. LoL



Sheila

 

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